Eran muchos pero… hay que comenzar a dar respuestas

El esfuerzo tenaz de los último días del oficialismo por deslegitimar la marcha del 18F y atribuirle móviles inconfesables, tuvo su más estrepitoso fracaso de cara a una realidad incontrastable difícil de ocultar.


El pueblo se volcó a las calles, con una espontaneidad que se pudo claramente advertir en las expresiones y en los reclamos. Y esta diversidad, lejos de deslegitimar la marcha, es una prueba de su autenticidad, es una prueba de la voluntad popular que sin colectivos que los movilizaran, sin ningún incentivo ni temor, y venciendo toda adversidad, se expresó con contundencia en las calles de todo el país.

Ante la imposibilidad de negar la expresión multitudinaria, no quedó otra opción para el discurso oficial, empecinados en la división, que la de descalificar con un osado “pero”, el sentido homenaje al fiscal muerto. 

Entonces se empezó a decir que eran muchos pero… Y entre la larga lista de “peros” absurdos a los que el oficialismo recurrió, fue el de “quienes” iban a esa marcha, sus antecedentes, sus eventuales afinidades, o sus supuestas ideologías. ¿Desde cuando el pueblo para expresarse necesita acreditar una ética intachable, carecer de antecedentes penales, o cumplir con cuantos requisitos para poder manifestarse?

Esto no es necesario para expresar la voluntad popular. En todo caso sí es necesario para ocupar un cargo público, y allí sí el oficialismo, debiera preocuparse. Vaya como muestra el recientemente “renunciado” funcionario de la Secretaría de Derechos Humanos, condenado por haber vulnerado de manera aberrante los derechos que debiera defender. ¿Nadie se ocupó de verificar sus antecedentes? Todo un símbolo.

Eran muchos pero… eran opositores. Claramente muchos de los asistentes demandan terminar con la impunidad, una justicia independiente, terminar con la corrupción, y si eso significa ser opositores, probablemente el gobierno debiera revisar sus propias políticas en este sentido porque el gobierno es el representante del pueblo, y los cientos de miles de ayer a la tarde, son el pueblo también. 

Eran muchos pero… quieren desestabilizar al gobierno. Nadie quiere desestabilizar al gobierno y esto se vio en la marcha del 18F. Lo que el pueblo quiere es que el gobierno lo escuche. Que deje de cerrarse obstinadamente en su discurso autoreferencial y victimizante y que se convierta en hacedor de los profundos cambios y la renovación ética que demanda la Patria. Sí, la Patria, porque la Patria somos todos, no son los unos y los otros. Somos todos. 

Las calles vibraron con el silencio conmovedor, con la emoción que resultó todo un homenaje y mensajes que tienen la fuerza de provenir directamente de los corazones, del pensar y del sentir de miles y miles de argentinos. 

Habría que unir en lugar de separar, escuchar en lugar de descalificar, trabajar en lugar de mostrar la más brutal indiferencia con la realidad que grita su dolor. Quizás lo que habría que decir no es “pero” sino “y”.

¡Eran muchos… y hoy, hay que comenzar a dar respuestas!!